sábado, 4 de noviembre de 2017

Creyente


Alguien
o algo,
exprime las toallas
grises del cielo.
Un diluvio
inunda
mi mente
y pienso,
qué tal vez
te extraño,
mientras todo cae
como espinas,
finitas
largas
sin
puntas.
En los charcos
de las cerámicas
la imagen borrosa
del
pasado
me espanta,
recuerdo
la voz de aquel niño
implorando
un juego más.
Una mano fría
acaricia una constelación
que se camufla
en mi
espalda,
las paredes
se doblan,
mis rodillas
se doblan.
Un paraguas sobre mí,
un explorador
se esconde detrás
de mis hombros
sin lupa,
sin sombrero,
sin capa.
Sólo dos manchas
tan oscuras
como
el
barro.
Inmóvil.
Él y yo.
Aquél lunar robó mi aliento
nací,
viví
y morí
en él.
Me pesa el cuello,
cuelga un atrapa sueños.
Todo vuelve a tener sentido,
me volví creyente
del horóscopo
y desperté
por los maullidos
de mi gato.

Moyyss, Soledad

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